Sitges 2025: We Bury the Dead
We Bury the Dead es una película dirigida por Zak Hilditch que, aunque no reinventa el género, logra aproximarse con un frescor que se agradece. Desde el principio, la película establece un ambiente inquietante con sus no muertos, cuyos sonidos aterradores, especialmente el característico chasquido de dientes, crean una atmósfera de tensión palpable. La dirección de Hilditch logra mantener al espectador en vilo, ofreciendo una experiencia visualmente impactante y emocionalmente intensa.
La trama se desarrolla con elementos de terror y drama, y aquí radica el mayor de los problemas de la película, el predominio del drama. Quizás si hubiese evitado sumergirse tanto en estos momentos y hubiese jugado más a la tensión con el espectador, la inmersión y la tensión habrían jugado más a su favor y no habrían llevado a momentos en los que te desconectes de lo que está pasando. Los personajes están bien desarrollados, lo que añade profundidad a la narrativa y permite que el miedo se integre de manera más efectiva con las emociones humanas.
Sin embargo, uno de los momentos más discutidos es la conclusión de la película. Los últimos cinco minutos podrían ser borrados de la mente de muchos espectadores, ya que no aportan nada significativo al desarrollo de la historia ni al impacto emocional y si al ridículo sentimentaloide. A pesar de ello, no creo que tire por tierra todo lo que ha hecho bien antes.
En resumen, We Bury the Dead es una película que, aunque no rompe con las convenciones del género, ofrece una experiencia fresca y efectiva para los amantes del terror. Sus momentos de terror son vívidos y los elementos dramáticos, aunque a veces distraen, contribuyen a una narrativa más rica. Sin embargo, la conclusión podría haber sido mejor gestionada para asegurar que el impacto final sea más satisfactorio.
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