Esta semana termino la quinta temporada de Slow Horses, una de mis series favoritas de las que se emiten actualmente, y aunque se le empieza a faltar la frescura de sus primeras temporadas, sigue siendo de lo mejor que puedes ver ahora mismo.

Jack Lamb es el gran personaje de la serie, y después de haber leído los libros, creo que Gary Oldman es el actor perfecto para interpretarlo. El personaje es de lo más desagradable que te puedas encontrar, y en muchas ocasiones puedes sentir hasta odio por él, pero a la vez es la pieza por la que la serie funciona tan bien.

En esta temporada seguimos con uno de los mejores “villanos” que tuvo la temporada anterior, Claude Whelan, que seguirá dando vergüenza ajena en todo lo que hace, pero el personaje sobre el que gira la trama es Roddy Ho, que con su prepotencia y su incapacidad de interactuar de manera normal con otras personas, aporta bastantes momentos de humor.

En la parte de comedia, ya he dicho que todo funciona muy bien, pero en su parte de thriller, que es lo que realmente mantiene a la serie, la trama se empieza a ver un poco repetitiva. Suceden cosas a la ciudad que la desestabilizán, el MI5 no es capaz de solucionar nada y uno de los Slow Horses se ve implicado de lleno en lo que está pasando. En realidad no pueden pasar cosas muy diferentes por el tipo de serie que es, pero creo que toca plantearse algunos ajustes en las tramas para que la serie siga siendo top, aunque esto implique separarse un poco de los libros.

Con todo, Slow Horses ha brillado una temporada más, y ya estoy deseando que vuelan con la sexta, que promete bastante.

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