Keeper
Longlegs fue una película que me sorprendió muchísimo el año pasado, y por supuesto estuvo en mi top 10 del año. Tras esta película, llegó The Monkey una comedia negra que me dejó descolocado porque no tiene nada que ver con la anterior. Tenía muchas ganas de volver a ver su faceta más seria y perturbadora, así que Keeper parecía que podía ser esa película que esperaba, y efectivamente, así ha sido.
Keeper es una película extraña, con una historia que se toma su tiempo, con muchas escenas que te dejarán descolocado y que para los menos fans del director, pueden parecer pretenciosas, pero que para los que estamos más abiertos a este tipo de propuestas, disfrutamos mucho. Y es que Perkins tiene una sensibilidad para grabar el horror que me tiene enamorado. No todo son sustos, no todo es sangre, no todo son monstruos, Perkins tiene un imaginario y una visión del horror que puede descolocar a los más puristas del género, pero que creo que lo que hace es dar frescura con su estética y sus ideas frescas.
Creo que se nota mucho que en esta película, Perkins no ejerce de guionista, pero por suerte, saber hacer suya la historia, e imprimirle su marca de la casa, que algunos pueden tachar con esa terrible etiqueta de terror elevado, pero que para mí simplemente es darle importancia al lenguaje cinematográfico y no centrarse solo en los sustos, algo que parecía bastante olvidado en los últimos tiempos y que por suerte este año hemos tenido un aluvión de ejemplos que van por este maravilloso camino.
Keeper no ha venido para arrasar en taquilla, como no lo hizo Longlegs, pero si te dejas llevar por su historia, su ritmo, su belleza y su imaginación, seguro que vas a encontrar en ella una de las mejores películas de terror del año, que repito, no es para todos los públicos.