American Primeval
No es que el western esté viviendo su mejor momento, pero eso no significa que el género haya muerto. Netflix lo sabe y ha apostado fuerte por American Primeval, una serie que nos sumerge en la brutalidad de la frontera americana con una historia oscura, sangrienta y apasionante. Y lo mejor de todo es que la jugada les ha salido perfecta: no solo funciona como un western sucio y realista, sino que también se sostiene como un drama de supervivencia lleno de tensión y violencia descarnada.
Desde el primer episodio queda claro que aquí no hay espacio para el romanticismo ni para la versión idealizada del Viejo Oeste. La serie nos presenta un mundo despiadado, donde la naturaleza y los hombres compiten por ser más crueles. Los personajes, lejos de ser héroes, son supervivientes al límite, arrastrando sus propios traumas y enfrentándose a un entorno hostil en el que la muerte acecha en cada esquina. La crudeza con la que se retrata la época es uno de sus grandes aciertos, haciendo que cada enfrentamiento y cada decisión pesen como una losa.
A nivel visual, American Primeval es un espectáculo. La fotografía aprovecha al máximo los paisajes naturales, y la dirección no tiene miedo de ensuciarse las manos con escenas de acción crudas y sin concesiones. Todo en la serie transmite una sensación de peligro constante, reforzada por un ritmo que no deja respiro. Y aunque la violencia es explícita, nunca se siente gratuita: cada herida, cada disparo y cada muerte tienen un peso dramático real.
En un momento en el que el western parece haber quedado relegado a revisiones puntuales y producciones esporádicas, American Primeval demuestra que el género sigue teniendo mucho que ofrecer. Es dura, intensa y, sobre todo, absorbente. Netflix ha dado en el clavo con esta serie, y si sigue apostando por historias así, que vengan muchas más.
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