
BCN Film Fest 2025: La divina Sarah Bernhardt
La divina Sarah Bernhardt, dirigida por Guillaume Nicloux, pretende ser un homenaje a una de las figuras más icónicas del teatro francés, pero lamentablemente se queda muy lejos de alcanzar la grandeza de su protagonista histórica. La película intenta reconstruir los últimos años de vida de la legendaria actriz, marcada por la enfermedad, la vejez y el recuerdo de su fulgurante pasado. Sin embargo, ni el enfoque narrativo ni la interpretación logran hacer justicia al mito.
Desde el primer momento, cuesta conectar con esta Sarah Bernhardt. La interpretación resulta forzada, casi impostada, y no transmite la complejidad emocional que cabría esperar de un personaje tan fascinante. Más que una mujer de carne y hueso, lo que vemos es una figura vacía, rodeada de símbolos pero sin alma. Y eso lastra profundamente toda la película, que gira constantemente en torno a ella sin conseguir dotarla de verdadera vida.
A nivel de puesta en escena, La divina Sarah Bernhardt apuesta por un tono sobrio y contenido, pero esa contención pronto se convierte en frialdad. El ritmo es irregular, el guion se mueve entre lo superficial y lo pretencioso, y los diálogos, que deberían ser chispeantes o demoledores en una película sobre una diva del teatro, rara vez encuentran el tono adecuado. Todo parece demasiado preocupado por la estética y muy poco por la emoción.
En resumen, la película falla en lo más importante: hacernos sentir quién fue Sarah Bernhardt y por qué sigue siendo una figura relevante. Se queda en el intento de retrato, sin alma ni riesgo, sin garra ni autenticidad. Una oportunidad perdida de acercarnos a una mujer extraordinaria a través de un cine que, en este caso, se queda en lo decorativo.