Dejar el mundo atrás: Un inquietante viaje a través del privilegio, el aislamiento y la fragilidad de la sociedad
La película de Sam Esmail
es un thriller tenso y atmosférico que explora las profundidades de la naturaleza humana ante la inminente desintegración de la sociedad. Adaptada de la aclamada novela de Rumaan Alam, la película sigue las entrelazadas historias de dos familias que se encuentran compartiendo una aislada casa de vacaciones en Long Island en medio de un misterioso apagón. A medida que el mundo exterior y la casa se sumerjan en la oscuridad y el caos, las familias se verán obligadas a confrontar sus temores más profundos, prejuicios y la fragilidad de la sociedad que alguna vez dieron por sentada.
La fuerza de la película radica en su magistral exploración del tormento interior de los personajes mientras lidian con la crisis en aumento. Julia Roberts y Ethan Hawke brindan interpretaciones muy solidas como los padres de la familia, navegando por la creciente tensión entre ellos y los enigmáticos extraños interpretados por Mahershala Ali y Myha’la.
La dirección de Esmail me ha parecido de diez, creando una palpable sensación de temor e inquietud a medida que los personajes se vuelven cada vez más paranoicos. El escenario aislado de la casa de Long Island, rodeada de bosques densos y un silencio ominoso, sirve como una poderosa metáfora de las luchas internas de los personajes y la oscuridad inexorable de lo desconocido.
no es una película que ofrece respuestas fáciles o soluciones simplistas. Es un examen reflexivo del comportamiento humano bajo presión, obligándonos a confrontar nuestros propios prejuicios, inseguridades y la fragilidad de la sociedad en la que confiamos.
Un estreno potente de Netflix, que parece que se está tomando en serio la máxima de poner por encima la calidad que la cantidad.