Una vez superado el ecuador del festival, las fuerzas empiezan a escasear, y si encima se presenta un intenso día con seis películas, todo se hace más difícil, pero que demonios, no nos quejaremos con lo que disfrutamos en este festival.

Jennifer Lynch venía al festival a presentar dos películas, el documental Despite the Gods y Chained, en la que esta vez sí, ejerce de directora. Pocas pegas se le pueden poner a Chained, donde vemos la historia de un niño que es secuestrado y obligado a ser sirviente mientras ve como continúan los asesinatos ante sus ojos. Quizás el único detalle que no me gustó fue el final, demasiado rebuscado para mi gusto, por lo demás una gran película.

David Cronenberg presentaba este año película y con un protagonista que no era del gusto de todos. Finalmente, Robert Pattinson no es ni mucho menos lo peor de Cosmopolis, de echo creo que está correcto en su papel, pero el guión se me hace infumable y en ningún momento consiguió que conectase con la película.

Robo-G no es más que una comedia japonesa donde un grupo de técnicos intentan crear un robot para hacer publicidad de la empresa donde trabajan en una feria de robótica, pero antes de poder enseñarle al mundo su robot, sufre un accidente, y deciden contratar a una persona para que actúe dentro del robot. Una comedia muy simple, sin pretensiones, pero que a mí me pareció muy divertida y me hizo pasar un muy buen rato.

Deranged es la versión coreana de Contagio, la película de Soderbergh que a mí me defraudó el año pasado. En esta ocasión, una extraña enfermedad hace que los que la padecen sientan la necesidad de tirarse al agua y acaban muriendo ahogados. Un trabajador de una farmacéutica intentará encontrar el antídoto antes de que muera la familia. Una historia trepidante a la que merece la pena darle una oportunidad.

The Pact es una historia de crímenes y espíritus que desde el primer momento demuestra que no va a convencer del todo, por su flojo guión y su modesta producción. Poco más puedo decir de la película, no es malisima, pero yo no perdería el tiempo viéndola.

The Seasoning House llegaba con una presentación bastante desacertada, la nueva Martyrs, algo que sin haberla visto, ya sabía que perjudicaría a la película, porque crea unas expectativas que eran difíciles de superar. Por suerte la película, a pesar de tirar por caminos muy diferentes a Martyrs, consigue una gran cinta donde la tensión es constante y los momentos de sangre llegan en su justa medida. Durante la guerra de Bosnia, los soldados secuestran a jóvenes de los pueblos para llevarlas a un burdel donde podrán cumplir sus más macabras fantasías. Para mí de lo mejor de este año, aunque he podido escuchar críticas muy variadas.

Otro día maratoniano donde cuesta un poco asimilar tanto cine, pero del que pudimos disfrutar de sorpresas como Chained, Robo-G, Deranged y The Seasoning House.

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