Fried Barry llega a Sitges como una de las propuestas más interesantes a la vez que arriesgadas, y este tipo de comentarios siempre me dan bastante miedo visto lo ocurrido en ediciones anteriores. Por suerte esta vez no ha sido la apuesta intelectualoide que podía esperar de primeras, pero desde luego dista mucho de ser una gran propuesta.

Normalmente escribiría aquí un pequeño resumen de la trama de la película, pero creo que es mejor enfrentarse a Fried Barry sin saber demasiado, porque ayuda a disfrutar de la locura que es todo lo que vamos a ver.

No es que el guión sea algo súper original, pero si que la manera de contarlo es muchas veces muy divertida y podría haber derivado en una comedia pasada de vueltas, el problema para mi es que en bastantes momentos se pierde en escenas que no aportan nada, más que metraje extra y pequeños momentos de aburrimiento que estropean el resultado final.

Hay bastantes cosas destacables de la película, que por algunos momentos podría parecer un videoclip de Prodigy, pero sin duda el gran descubrimiento par mi ha sido Gary Green, que hace un papel muy logrado para lo absurdo y loco que resulta su personaje. Todo un acierto.

Fried Barry me parece una película recomendable pero no para todos los públicos. Podríamos calificarla como un Under The Skin mezclado con comedia y serie B.

Link para ver la película durante el festival:
Fried Barry

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